TOPOFILIA A LA VENTANA

La ventana es un espacio de nuestras soledades, espacio en el que los recuerdos están comprimidos, no con la rigidez de la cronología, si no con la luminosidad del ensueño, la ventana se presta para hacer un topoanálisis de la casa.

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En diálogo con Gaston Bachelard

Por Jaime Sáenz

Fotografía análoga/Jaime Sáenz

       

                                              “Donde allá una ventana siempre

                                                       Habrá una porción de libertad” 

                                                       Película “Estupor y temblores”,

                                                                        Dir, Alain Corneau

Francia/Japón, 2003

                                                                     

La ventana es la imagen espejo, por ella vemos, y somos observados. En la ventana el ser se encuentra consigo mismo desde una pregunta por aquello que se tiene como real y al mismo tiempo por lo imaginario.

La ventana se presenta como una imagen muy sencilla, una imagen del espacio feliz.

La pregunta por la ventana se convierte en una topofilia puesto que se anhela saber «el valor humano de los espacios de posesión, de los espacios defendidos contra fuerzas adversas, de los espacios amados”.

Fotografía análoga/Jaime Sáenz

La ventana es un umbral en la que el sujeto se encuentra entre lo interno <casa> y lo externo <calle> entre lo abierto <calle> y lo cerrado <casa>.   

En la pared, en la choza o en la caverna alguien abre un hueco… pero lo que ignoramos es qué impulso primigenio movió al hombre primitivo a tener contacto con el afuera por medio de la ventana.

 “y en lo distante / entre penumbras, la ventana abierta / como una mancha roja y fulgurante / en la medrosa oscuridad del muro” ([1])

Unas cavernas poseen “ventanas”, pero suponemos que más allá de que estas sean “los medios de que se vale el arte para dar luz y ventilación a los aposentos” ([2]) como lo son hoy en nuestros días, se piensa que las ventanas fueron y  aún conservan dicha característica; el lugar donde la imagen exterior captada por el sujeto está en el punto de fuga, contacto, o continuidad con el afuera. La ventana es, intuimos, más allá de objeto de ventilación e iluminación, el deseo de la imaginación de compenetración con el afuera.

Fotografía digital/Jaime Sáenz

Su etimología del latín Ventum, viento. Incita según lo expuesto a pensarla como Ventum,Imago, (viento-imagen)

Lugar del ser libre que quiere salir pero que el alberge, la sensación de protección que brinda la casa lo contiene , cuantas veces “sucede que hay tardes en que uno quiere volar por la ventana” ([3])

Pero “nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección” ([4]).

Fotografía digital/Jaime Sáenz

Sí, la casa “es el primer mundo del ser humano. Antes de ser lanzado al mundo…”

 <La ventana> es aquel lugar de la vivienda en la que el hombre con la seguridad de protección brindada por la casa, observa un pedazo del mundo.

Parafraseando a Bachelard; si nos preguntarán cuál es el beneficio más preciso de la [ventana], diríamos: la [ventana] alberga el ensueño, la [ventana] protege al soñador, la [ventana] nos brinda soñar en paz. Sin estar a la merced de los azares del afuera. La ventana nos permite, estando en casa, contemplar el afuera, con la seguridad de protección de la casa.

La venta es anterior a la puerta, en el <salir> del ser. Antes de salir físicamente el ser <sale> en sus sueños por una ventana, la ventana es una preparación para el contacto con el afuera, anterior a la puerta.

Fotografía análoga/Jaime Sáenz

Debe pensarse que “tanto en las ventanas como en las puertas se consideran estas dos divisiones: ventanal y la puerta-ventana con que han de cubrirse o cerrarse” ([5])

La anatomía humana da cuenta de esto:

“Ventana nasal: abertura anterior de una fosa nasal.

Ventana redonda: abertura redonda en la pared interna del tímpano que comunica con el caracol…

Ventana oval: Abertura oval en la pared interna del tímpano, que comunica con el vestíbulo.”

.” ([6])

Vemos aquí como los lugares de protección de la casa sirven a la anatomía humana para explicar los espacios del ser físico.

Fotografía digital/Jaime Sáenz

Expuestas así las cosas una inquietud nos asalta, ¿es la ventana objeto de un topoanálisis?

Si el topoanálisis es “el estudio psicológico sistemático de los parajes de nuestra vida íntima” ( [7])

La ventana es un espacio de nuestras soledades, espacio en el que los recuerdos están comprimidos, no con la rigidez de la cronología, si no con la luminosidad del ensueño, la ventana se presta para hacer un topoanálisis de la casa.

El topoanalista se preguntaría: ¿Cómo era el contacto con el afuera del ser que habita la casa? ¿La iluminación de la residencia de dónde provenía? ¿El viento en qué sentido entraba al aposento? ¿La ventana de la morada era enrejada? ¿Qué sueños producía al espectador del hogar mirar desde la ventana?

Fotografía análoga/Jaime Sáenz

Si bien “es la región de la intimidad, la región donde el peso psíquico domina, a la que consagramos nuestras investigaciones”  la cuestión por la ventana no es ajena a estas investigaciones, pues estando la ventana en unos umbrales del afuera, en una exterioridad, es en la ventana donde el hombre se encuentra en un doble movimiento psíquico, el de la “extroversión” del afuera y el de la “introversión” del interior de la casa, pero siempre en la intimidad del reposo, del que contempla pasivamente el afuera.

La ventana como región de intimidad: “no rechaza, no hay una atracción a las regiones de intimidad, su estar es bienestar “([8]), la ventana es uno de los “centros de condensación de intimidad de donde se acumula el ensueño” ([9]) , ¿pero cómo se resuelve esto en la ventana que es un espacio de semi-intimidad, dentro de la intimidad?

La ventana es por excelencia el espacio en el que el hombre meditabundo ante la vigilia de lo exterior y la elaboración de ensueños de lo contemplado, donde “los detalles se borran, lo pintoresco se decolora, la hora no suena ya y el espacio se extiende sin límites” ([10]), la ventana es un caldero de “ensueños de infinito”.

Fotografía análoga/Jaime Sáenz

La poesía expresa mucho mejor esta topofilia a la ventana:

Declaración de amor a las ventanas.

Me gustan / esas muchachas / de grandes anteojos / y cuerpos transparentes. / esas puticas que se lo dan viento. / Amo a esas damas / que no ocultan nada / y están todo el tiempo / conversando con las calles.” ([11])

La ventana también acoge el umbral, pero tenemos la certeza de que desde la ventana no entrará nadie. Es así la ventana un espacio de contemplación pura, fácilmente podríamos aplicar las líneas del poeta Michael Barrut, citado por Bachelard a la ventana

Me sorprendo definiendo el umbral / como el lugar geométrico de las llegadas y las salidas en la casa del padre” ([12])

Fotografía análoga/Jaime Sáenz
Al fondo monumento a Gonzalo Arango
Andes/Antioquia

Si el rincón “es una negación del universo” ([13]),la ventana es al contrario, no se niega la vida, se  afirma en una exaltación, exterioriza del ser. La ventana es un espacio de movilidad del ser, desde allí la imaginación se transporta a lugares lejanos, lugares más allá de lo ofrecido por las formas geométricas de la geografía.

¿Cuáles son las experiencias <de fuera> y <de dentro> presentes en la ventana?

El soñador de rincones penetra a las profundidades del ser, en un movimiento del estar fuera en el rincón, hacia adentro hacia las oscuridades del ser, en la ventana el soñador, parte del adentro del ser al exterior del universo.

“El más acá y el más allá repiten sordamente la dialéctica de lo de dentro y de lo de fuera”([14])

Fotografía digital/Jaime Sáenz

La ventana es infinitud, si se le observa desde adentro o desde fuera, pero, ¿existe tal diferenciación? ¿No somos acaso también parte del paisaje que observamos en la ventana?  ¿Y a su vez la ventana no alberga a un ser todo el íntimo?

“… desde el punto de vista de las expresiones geométricas, la dialéctica de lo de afuera y de lo de dentro se apoya sobre un geometrismo reforzado, donde los límites son barreras” ([15])

La venta es aquel espacio de la casa que nos “conecta” de manera directa “del mundo próximo, ante un mundo que lleva el signo de un infinito”([16])

Solarigrafía Jaime Sáenz/tiempo de exposición 6 meses

En la ventana la contemplación ante los objeto próximos exteriores, se presenta de manera momentánea, como preámbulo o pretexto para la expansión de eso otro, en la ventana la imaginación capta solo por un instante el objeto próximo, pero como punto de fuga hacia “el espacio de la otra parte”([17]), espacio en el que la imaginación está en su estado más puro.

Desde la ventana se ve un más allá, lejos de las formas geométricas de una montaña o de un árbol, el ver de la ventana nos pone del mundo próximo de los paisajes al mundo infinito del afuera, en la ventana hay una “correspondencia de la inmensidad del espacio del mundo y de la profundidad “el espacio de dentro” ([18]) o una correspondencia en la “inmensidad del mundo y la profundidad del ser íntimo” ([19]).

En la ventana ubicada en las alturas el ser “domina” el paisaje, se siente amo y señor de todo cuanto hay en su campo visual, al respecto Bachelard nos dice de las imágenes en las que el ser contemplativo aumenta su realidad, “están ligadas al imperialismo del sujeto que contempla, son una prueba de dominio. El mundo es un juguete cósmico”([20])

Fotografía digital/Jaime Sáenz

Pero, “la casa conquista su parte de cielo. Tiene todo el cielo por terraza”([21]) pero, ¿por qué lugar de la casa se conquista el cielo?

“la acogida de la casa es entonces tan completa que lo que se ve desde la ventana pertenece a la casa también”([22])

¿De dónde viene ese llamamiento de un mundo aéreo de la casa, siendo esta fuertemente terrestre? ¿sería posible imaginarnos una casa sin ventanas? ¿no será la ventana el medio, por el cual la casa se comunica con el mundo aéreo?

Al respecto Bachelard cita a Erich Neumann de la revista Eranos  “Todo ser fuertemente terrestre… registraba, sin embargo, las llamadas de un mundo aéreo, de un mundo celeste.”([23])

Fotografía digital/Jaime Sáenz

Bachelard estima que “un estudio sobre las imágenes de la tierra debe considerar esas imágenes captadas desde un lugar elevado. En ellas hallaremos algún tipo de contemplación. Parecería que esa contemplación engrandecería al mismo tiempo el espectáculo y al espectador.

Solo queda a propósito de este metafísico y enigmático objeto de la casa  darle las “gracias al viento que golpea como una canción sobre mi ventana”([24])


[1] Poema; Urbina Luis, en revista La Miscelánea, diciembre 1895, vol. 02, N. 5, Medellín pág. 161

[2] Enciclopedia Universal ilustrada, vol67, Ed. Espasa Calpe, S. A, Madrid España, 1958, pág. 137

[3] Declaración de amor a las ventanas, poemas. Guillermo Martínez Gonzales. Ediciones Puesto de combate, Bogota-colombia,1980, pág. 17

[4] Bachelard Gaston.La poética del espacio. México, fondo de cultura Economica,2000. pág.36

[5] Enciclopedia Universal, Op. Cit, p.1122

[6] Ibídem, p.1122

[7]  Gaston Bachelard, Op.Cit, p. 38

[8] Ibídem,p.47

[9]  Ibídem p. 60

[10] Ibídem p. 226

[11] Declaración de amor a las ventanas, Op. Cit,p 27

[12] Gaston Bachelard,Op.Cit , p.262

[13] Ibídem, p.171

[14] Ibídem,p. 251

[15] Ibídem p. 254

[16] Ibídem, p.220

[17] Ibídem,p.220

[18] Ibidem,p.243

[19] Ibídem,p.226

[20] Gaston Bachelard, La tierra y los ensueños de la voluntad. pág. 417

[21] Gaston Bachelard,Op. Cit, p.85

[22] Ibídem,p.99

[23] Ibídem,p.84

[24] Declaración de amor a las ventanas, o.p cit,p. 79

About Post Author

Jaime Sáenz

Filósofo, poeta y cineasta en formación, Jaime Sáenz combina su pasión por las artes y las humanidades con una visión clara para narrar historias relevantes y profundamente humanas. Con una sólida experiencia en fotografía, teatro y literatura, lidera el portal cultural LIBRESCA, reconocido por utilizar el arte como herramienta de conexión, expresión y transformación social. A lo largo de su trayectoria, ha recibido reconocimientos como el segundo lugar en el concurso “Qué hay detrás del Cine” en 2019 y una beca de USAID en 2022 para la creación de piezas audiovisuales centradas en la migración venezolana.
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