
(Antígona, Eteocles y Teseo se encuentran en aquel lugar del Hades, donde descansan los Personajes de la Literatura Universal)
ANTIGONA: ¡Oh hermano, cuanto gusto me produce verte!
ETEOCLES: (cariz bajo)
¿Eres tú?
ANTIGONA: ¿Que te ocurre querido hermano mío?
ETEOCLES: Desde aquellos desafortunados desenlaces fatales de los siete contra Tebas de Esquilo, mi alma no encuentra paz, desconozco la suerte de mi hermano Polinices, llevo años, tal vez siglos buscándolo, y no logro dar con él, parece que la Erinia de nuestro padre no quisiera nunca dejarnos en paz.
ANTIGONA: ¡Oh cabecita de mi hermano!,
¿es que ni tan siquiera se asoma una sonrisa al verme?
ETEOCLES: Vergüenza conmigo es lo único que siento al verte. El coro de mujeres tebanas de las siete contra Tebas de Esquilo en un intento más de provocarme. ¡Si!, porque fueron ellas las que me dijeron que no tomara la séptima puerta, me anunciaron hace algunos años, la suerte que corriste tú y tu novio Hemòn, al enfrentarse con Creonte. Solo vergüenza habita en mí ,por haberte conducido a esta morada.
ANTIGONA: Que cosas dices, no fuiste tú el que me condujo a este lecho, si la implacables Moiras lo hubiesen dispuesto al revés; tú el atacador de Tebas ,y Polinices el príncipe defensor, igual hubiera hecho lo que tenía que hacer; cumplir los rituales funerarios para con los muertos, te hubiera dado sepultura, porque existe y existirá una ley no escrita que así me lo ordena.
ETEOCLES: ¿Sigues con tu parecer queridísima hermana?
ANTIGONA: ¿Y es que acaso crees que acá terminan nuestras luchas?
ETEOCLES: Para mi, si, y para estar del todo tranquilo, deseo lo más pronto posible encontrar a mi amado hermano.
ANTIGONA: A veces me avergüenzo de ti
ETEOCLES: No te comprendo
(Aparece Teseo)
TESEO: ¿Eres tu aquella célebre heroína de Sófocles, que se convirtió en referente universal, y que incluso en la misma ágora se te nombro?
ANTIGONA: Yo misma: Antígona, a quien le es imposible ser otra.
TESEO: ¿Y acaso tú no eres el valiente y ejemplar Eteocles?
ETEOCLES: No sé si sea el mismo, pero soy yo,
TESEO: Tengo una duda que siempre me ha invadido. Y que ahora que te veo ( a Antígona) no vacilare dos veces ¿Eres tú la misma Antígona que menciono Esquilo en sus Siete Contra Tebas?
ANTIGONA: Yo la misma, que al igual que toda mi familia, hacemos parte de un mito, el de la Casa Real de Tebas, de la estirpe de Cadmo.
Los poetas trágicos, como alguna vez lo dijo Aristóteles, toman los mitos de las familias nobles e ilustres, para crear sus tragedias.
TESEO: Y Sófocles por ejemplo, ¿de qué mito parte para crear su
Antígona?
ANTIGONA: Yo en mi caracterización más pura y prefecta que fue la dada por Sófocles, nací de la parte final de los Siete Contra Tebas de Esquilo, del conflicto que allí se generaba.
TESEO: Pero no me generes una nueva duda sin haberme resuelto la pasada; ¿de qué mito partió Sófocles para crearte a ti?
ANTIGONA: El mito nunca hablo de la suerte mía, como te lo dije Sófocles, retomo la parte final de los Siete contra Tebas como inspiración.
TESEO: Ahora si ¿cuál era el conflicto que allí se daba?
ANTIGONA: El conflicto generado entre las leyes hechas por los hombres y las leyes no escritas, creadas por los dioses.
TESEO: El conflicto de los Siete Contra Tebas es al final, cuando el heraldo de los tebanos pregona que se ha tomado la decisión de dejar insepulto a Polinices y que esta decisión fue tomada por los magistrados del pueblo de Cadmo; al contrario la Antígona de Sófocles, comienza con Creonte, dictando sentencia sin haber consultado al pueblo. En la versión de Sófocles se enfatiza, sobre la muerte de Eteocles y como está fue heroica, defendiendo el interés colectivo. Sófocles se centra en la necesidad de rendirle rituales funerarios a uno u dejar sin estos al otro.
ANTIGONA: Ya veo que todos los que eligen mandar a otros, tienen como defecto el poco raciocino.
ETEOCLES: ¿Qué cosas dices?, no te permitiré que ofendas ni a mí, ni al pueblo que obedezco.
ANTIGONA: Parece que no te has dado cuenta que las cosas han cambiado.
TESEO: ¿En que han cambiado?, lo único que ha cambiado es la manera como te imaginaba, de acuerdo a las mascaras de los actores, en las distintas Dionisiacas te representaban como una mujer hermosa pero rostro rígido y triste.
Ahora al contrario veo en ti una pequeña sonrisa tal vez la sonrisa de la victoria.
ANTIGONA: Veo que por fin aciertas una, no sé si tú o tu pueblo, y es que ahora son las leyes que siempre he respetado y respetare, las que me guían.
TESEO: Ya entiendo… Hace unos momentos estaba desesperado, clamando que se reunieran en Asamblea los habitantes de esta comarca, para decidir sobre los linderos de aquella orilla, y ninguno se acerco a deliberar sobre este asunto, luego angustiado al ver que el pueblo no reconocía tal forma de participación llamé a los magistrados de la Bule, para que prepararan Asamblea Popular, y fue en vano, nadie escucho mi clamor.
ANTIGONA: (Riendo)
te equivocas tirano con piel de demócrata.
TESEO: ¡Insolente! ¿Explica eso que dicen tus labios, y no tu razón?
ANTIGONA: Mi razón obliga a mis labios, decirte aquello que mi situación actual me lo permite; ¡Te EQUIVOCASTE de reino!
TESEO: En el sonido de tus palabras escucho un reproche, a demás de lo que dicen.
ANTIGONA: ¡Siiiiiii!, en las suplicantes de Eurípides te negaste a darle auxilio a Adrastro y a las suplicantes que clamaban que intercedieras ante el horripilante Creonte, que no quería dejar que sepultasen a invasores Argivos, incluido Polinices, acudieron a tu pueblo, por la fama que tiene de ser benefactor con los desgraciados y a ti por ser un joven aguerrido. Pero de antemano les dijiste no.
TESEO: Veo que no eres prudente al hablar, y que vez las cosas, no en su conjunto, sino desde la particularidad que te encarnizas en ver, y esto no te permite visualizar el desenvolvimiento de las cosas. Es quizás por ello que tu perteneces a un tipo de personas, a las cuales soles les importa su honor, su interés, el presente inmediato, nada más, y no tienes en cuenta lo futuro, lo que conviene a la mayoría, al estado, pero creo que esto va ser irreconciliable, tanto en el otro como en este mundo.
ANTIGONA: ¡Discursitos a mí de un tirano!, ¡no!.
Más bien para que aumentes tu cultura general te digo que Esquilo, crea los Siete contra Tebas por que le interesa entre otras cosas, resaltar el valor heroico de algunos ciudadanos que defienden con ahínco su ciudad del invasor.
A otro nivel se esboza un conflicto entre los alcances prácticos de los dioses y los hombres, este conflicto se genera entre el coro de doncellas Tebanas que se encomiendan ciegamente a los dioses, y Eteocles que no echará de un lado a los dioses, pero le dará mayor importancia a lo que los hombres puedan hacer desde sus capacidades. Tanto Esquilo como Sófocles, se ocupan de un asunto que como bien te dije hace un momento generaba un conflicto en la época; y era el pasar de unas leyes que eran producto de la costumbre, de unos mandatos divinos, a unas leyes creadas por el hombre. Esto comprende unos cien años, desde 525 A.C al 442 A.C; de las reformas de Clistenes hasta más o menos el reinado de Pericles, que entre otras reformas significativas en la construcción de la democracia, fue él constante reducimiento de las funciones del Areópago, que en un inicio fue el tribunal supremo, que tenía autoridad sobre todos los magistrados. Al final en la época de Pericles, el Areópago solo recibía las demandas, presidía los tribunales competentes y los asuntos de homicidio.
Con Pericles, que es contemporáneo de Sófocles y Eurípides, el poder ya no queda única y exclusivamente en el Areópago, sino en la Asamblea del pueblo. Sófocles a diferencia de Esquilo y Eurípides, se centra en esto precisamente; en el conflicto que generan dos formas de entender la justicia, la justicia de los hombres o la justicia de los Dioses.
TESEO: Me sorprendes, pero yo no veo dos formas de entender la justicia, como tú, lo llamas; veo más bien el conflicto que se genera entre el estado y la familia, como lo planteo posteriormente Hegel, en su Fenomenología del Espíritu.
ANTIGONA: Aclárame esto.
TESEO: Si, este dice que tú representas la familia: el derecho a enterrar los seres queridos; y que Creonte representa al estado; el sacrificar una vida por el interés común, el orden, que se ve amenazado por tus intereses particulares.
ANTIGONA: ¿Mis intereses particulares?, mira quién habla.
TESEO: ¿Vas a volver sobre lo mismo? Permíteme recordarte, que el desenvolvimiento que da Eurípides a sus suplicantes: y es que yo cambie de parecer ante la decisión tomada inicialmente.
ANTIGONA: Ya veo de donde vienen tus males, Eurípides te hizo falto de carácter.
TESEO: ¡Eurípides me hizo como aquel que encarna los ideales de la democracia Ateniense!
ANTIGONA: ¿Ideales de la democracia? O, ¿ideales de la tiranía?
TESEO: ¿A que se deben tus acusaciones hay algún fundamente en ello? Permíteme te recuerdo, que yo en representación de la democracia Ateniense, supe escuchar las razones de mi madre, para que cambiara de resolución antes los Argivos.
ANTIGONA: Y tú ,que para una cosas es el pueblo soberano y libre… ¿no fuiste a la asamblea de tus ciudadanos, con una decisión ya tomada, y fingiste ir a persuadirlos a que te apoyaran en tu nueva resolución?, ¿ cómo si ellos no tuvieran en sus cabecitas que tu eres el rey ,y que tus decisiones son inquebrantables? ¿Acaso en tus argumentos ante la asamblea te mostraste como en un inicio lo hiciste ante Adrasto?
TESEO: No te entiendo que es lo que reprochas; ¿el haber influido en las decisiones de la asamblea ,o el que dada la juventud de aquellos días no hubiese cedido antes las suplicas iníciales de Adrastro?
¿Cómo quieres que te lo diga? Era joven, mi madre tuvo que influir en mi para que tomara la decisión más adecuada, peor hubiese sido que me dejara llevar por la razón de la juventud.
ANTIGONA: (Se sale de si, se levanta contra Teseo)
Maldito mira cuantos ciudadanos tuyos murieron por tu
Culpa, por mantener la dignidad y el orden del estado.
TESEO: (Intenta liberarse)
No te comprendo.
ANTIGONA: (lo suelta)
La familia es más sagrada que el estado.
TESEO: Tenía que decidir: ¿la soberanía o la familia?
ANTIGONA: Imbécil acaso no fue por tu propia familia por la que tomaste tal resolución.
TESEO: Hay cosas que creo que jamás comprenderás…
ETEOCLES: ¡Oh hermano Polinices!, ¡oh madres suplicantes Argivas!, ¡oh pueblo Tebano!, ¡pueblo Ateniense!
Cuantas desdichas.
¡Oh furias sedientas! Cuánta sangre entre tierras hermanas.
ANTIGONA: ¡Venganza entre dioses!
Solo en la mente de un poeta descansa tal absurdo
¿Tifón enfrentando a Zeus?
ETEOCLES: ¡Causa de nuestros males!
“¿No es cierto que también se ha dicho que los dioses forman partidos, disputan unos con otros y tienen enemistades?”
ANTIGONA: “En efecto se ha dicho”
TESEO: Ya veo a quienes crearon sin carácter, o a quienes confundieron en sus caracteres, ¿cómo queréis que os llame de acá en adelante Platoneuripisocleanos?, ¿acaso, te sentirás a gusto si os llamo; Sócrates y su amigo Eutifrón?
ETEOCLES: (Angustiado)
Miro hacia este cielo blanco con negro,
¿y qué es lo que veo?
Unas letras se aproximan a mí y no logro dominarme,
algo tan puntiagudo como una lanza me arroja,
me domina, escucho un susurro.
Cual voz de alguien que denigra.
ANTIGONA: ¿Qué ocurre queridísimo hermano? Lo que escucho es lo que digo.
TESEO: ¡Oh vidas desgraciadas!, ¿de qué somos víctimas?, ¿qué malvado habita allá arriba?
ETEOCLES: Y bien dijo NIETZCHE
ANTIGONA Y TESEO: (A una sola vez)
¿Quién?
ETEOCLES: Federich Nietzche
(Se ríen todos)
ANTIGONA: ¿Qué? ¿Qué Dios ha muerto?
TESEO: O qué, el súper hombre…
ETEOCLES: Que en la tragedia “toda idea política o social, es extraña a su origen puramente religioso”, decía esto Nietzsche en su capítulo 7 del nacimiento de la tragedia.
ANTIGONA: (A Teseo)
Antes de responderle a mi valiente hermano quiero escuchar lo que tú opinas al respecto, ¿qué piensas de lo que dice Nietzche, de que nada es más ajeno a la tragedia que cualquier idea política o social?
TESEO: De la metafísica de este moderno o de este moderno metafísico es poco lo que te puedo decir, lo que si me consta es que la tragedia griega es una herramienta pedagógica maravillosa
¿Por qué crees que Pericles pagaba a sus ciudadanos para que asistieran al teatro, o que las tragedias versen sobre tema actuales del contexto histórico Griego, o que hubiesen sido escritas en la cuna de la democracia de Atenas?
ANTIGONA: No sé, de pronto este tal Nietzsche, tenía una visión ultra mundana del más allá y pudo ver como eran las representaciones en nuestro tiempo.
FIN
