
La fiesta del libro y la cultura es en realidad un evento que convoca a un gran porcentaje de la población de Medellín, las cifras siempre hablan por sí solas. Ve uno allí desde el obrero recién salido de la fábrica, pasando por el infante de pre jardín, es motivador ver familias enteras visitándola, tocando un libro, leyendo, asistiendo a un taller de promoción a la lectura.
Sin ánimo de ser el aguafiestas y el amargado de la piñata, se queda en mi un sinsabor; de un tiempo para acá al dar el primer paso en la fiestas del libro y la cultura , percibo un estilo de Déjà vu; ver los mismos estantes en el mismo punto, la programación parece un copiar y pegar, los talleres que ofrecen igual, brillan la mayoría por su carencia de creatividad e innovación, uno ve filas eternas de personas alistándose para asistir a actividades de promoción a la lectura, pero uno se pregunta, ¿de esas personas que asisten por primera vez a la fiesta, cuántas inician y continúan con un recorrido por el mundo de la lectura, los libros y la cultura? ,y más allá de las cifras de visitantes y libros vendidos, ¿cuál es la incidencia en el aumento de nivel de lectura de la población de Medellín? Seria interesante que una ciudad que invierte millonadas en mejorar los parques y que constantemente inaugura pomposos centros comerciales hiciera un parque permanente del libro, el arte y la cultura, y que todos los días fueran una fiesta, y que se replicara estos mismos eventos a zonas periféricas de la ciudad que históricamente han sido marginadas de las manifestaciones y productos artísticos y culturales.

