Venus de Milo, Seno y Tristeza en su Búsqueda Interna. Por, Miguel A. Kush

1 0
Read Time:4 Minute, 25 Second
Sandro Botticcelli,El nacimiento de Venus

Una mañana de Abril, mientras los querubines soplaban las flores, aquellos seres divinos provenientes del cielo azul pálido, sucio y hasta con fragancias florales, emanaba un  verde traslucido  como el de los mares.

Una chispa en el espacio

Surgió de allí un hermoso huevecillo, como representación fértil de lo divino.

Tenía los pelos de punta y casi con un color amarillento. Dado a ese maravilloso deleite, que podía sentir con su cuerpo, en el roce de cada pétalo que orbitaba su estética corpórea. Su cabello sobre el gris casi verdoso del cielo, resaltaba con mucha expectativa. Mutilando el brillo que nutre el vasto océano con sus caracolas.

Alexandros de Antioquía, Venus de Milo, 150-125 aC

 

Praxiletes, Afrodita de Cnidus , 360-330 aC.

Todos bailan al vaivén de la Tristeza en su seno derecho, cada quien canta alcompás de las hojas en descenso,juntos bailan al son de su pálido cuerpo. Zapateando sobre su piel blancuzca y vibrante, logran galopar sobre aquel terreno contextual.

Sangrientos hechos históricos son la tonada principal en su mejor canción, ese desequilibrio que habita cada pliegue de su trusa blanca y roja, hace que Tristeza se esfume como por arte de magia, dejando aparecer de manera inmediata un espectro tras el espejo, con caracteres femeninos, amante a la saturación corpórea , de cada acontecimiento que la antecede.

 

En la lejanía, casi cruzando las crudas aguas de una realidad ficticia, caminan de la mano: hojas con tallos, tallos con flores, con dirección a mundos fantásticos, reproducidos por el imaginario espectral.

Honoré Daumier , L’amateur. Lápiz y tinta, lavado, acuarela, crayón litográfico y gouache sobre tiza negra sobre papel wove, 17 ¼ x 14 pulg. (43.8 x 35.5cm), ca. 1860-65.

Mientras tanto, cada cabello mide la longitud del sonido de esa voz, que los aturdió al finalizar la mañana. Para  olvidar esa ausencia que se ha de prolongar.

Seno, cae en cuenta que podrá usar el puerto, para ir cruzar las crudas aguas y visitar a su compañera la Tristeza. Cruzando el vasto océano, Seno observa unas particularidades en el cambio del clima y se prepara para su largo viaje, pasan de dos a tres semanas mientras logra completar su cruzada.

René Magritte, Las esposas de cobre, 1931

 A la mañana siguiente del decimocuarto día, por fin se hace visible tierra, lo que genera en Seno mucha felicidad y emoción; pasan las horas y por fin logró zarpar en puerto baldío. Al zarpar el barco, Seno se da cuenta que Tristeza no está en el puerto, para su bienvenida. Lo que genera en Seno una decadencia anímica, mientras busca una solución.

 Sus pensamientos se cruzan unos con otros y muchas de sus nefastas experiencias, vuelven entre sus recuerdos, uno de ellos es el estado virginal en las mujeres.

Pasan las horas y Seno no ha podido reunirse con Tristeza, su cuerpo con las horas bajo la ventana, empieza a congelarse de impaciencia. Gritos salen de sus pensamientos, guerras y crudas batallas, su sentir es aborrecido, por su estado de pesadez. Al transcurrir la noche en la estación principal de carga marítima, Tristeza logra cruzar por el jardín principal, ingresa a la cafetería y ordena un par de cafés mochaccinos casi tétricos, uno para Tristeza y otro para quien ya sabemos. Al fin se abren las puertas en la sala de espera donde reposaba Seno, luego de su largo viaje.

Tristeza brinda una exenta bienvenida para Seno, luego de unas largas horas de impaciencia. Seno quien viene desde las más profundas tierras del pensamiento mismo, trae con sigo una escafandra para atar sus cabellos.

Salvador Dalí, Venus de Milo con cajones , 1936.

Salen de la estación y cruzan para tomar un taxi, al  llegar a casa , Tristeza siente que hace falta algo. Ese grifo de oro que ganó en el concurso bienal del acueducto, lo busca bajo su cabecera, debajo de la alfombra e incluso en el gabinete de la cocina. Lo logra encontrar bajo la planta de su pie derecho, y recuerda que lo había guardado para donarlo con gratitud a ella, su más fiel compañera.

Al llegar el final de la noche Seno y Tristeza buscan donde reposar, para preparar sus cuerpos mórbidos y mutilados por el tiempo junto con sus mentes, a descansar esperando la mañana siguiente, donde recolectan los mejores crustáceos que habitan sus costas más cercanas, para servirlo al desayuno, almuerzo y cena.

Luego de una mañana llena de redes y cacería dividen sus caminos, sin primero dialogar sobre sus estados de ánimo, sobre sus experiencias y hasta sobre esos amores, servidos por el tiempo en bandeja de plata. Al fin logran separar sus caminos, Seno toma su derecha, en el camino observa árboles y bellos capilares talados.

Por otra parte, Tristeza toma su izquierda, para así reconocer el valor de una grandiosa compañera, que nunca más regresará.

 

Miguel A. Kush

 

 

 

 

About Post Author

Jaime Sáenz

Filósofo, poeta y cineasta en formación, Jaime Sáenz combina su pasión por las artes y las humanidades con una visión clara para narrar historias relevantes y profundamente humanas. Con una sólida experiencia en fotografía, teatro y literatura, lidera el portal cultural LIBRESCA, reconocido por utilizar el arte como herramienta de conexión, expresión y transformación social. A lo largo de su trayectoria, ha recibido reconocimientos como el segundo lugar en el concurso “Qué hay detrás del Cine” en 2019 y una beca de USAID en 2022 para la creación de piezas audiovisuales centradas en la migración venezolana.
Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
100 %

About The Author

Average Rating

5 Star
0%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías